No se puede generalizar cuando y cuanta agua se debe beber, y encima parece que nos hemos vuelto muy tontos en el siglo XXI, porque, no se sabe por qué, pero algunas personas parece que han perdido el reflejo de cuándo beber agua.
La cuestión está en el equilibrio.
La culpa parece que podría estar en una alimentación inadecuada, con mucho procesado y pocas verduras, o verduras de poca calidad y un estilo de vida con mucho estrés en la que nos faltan electrolitos, minerales,.. tenemos desconexión con nuestro cuerpo; bebidas carbonatadas; agua clorada que sabe mal,…
Algunos tratamientos, para recuperar esa conexión, parece que van por el camino de dejar al cuerpo pasar mucha sed, y luego beber mucho hasta saciarnos.
El hecho de beber poca agua, parece que puede ir acompañado de más cuestiones de salud a mejorar; por ejemplo, puede generarnos estreñimiento, por falta de humedad en el intestino; acumulación de toxicidad, oxidación y inflamación y acidificación y con ello dolor de lumbares y músculos en general.
El terreno es importante
Hay que valorar cada caso, de momento, veo que funciona, empezar poco a poco, bebiendo menos de medio vaso en diferentes momentos del día, a medida que pasan las semanas, ir aumentando la dosis de agua.
La dosis ideal de vasos de agua parece que está en el peso dividido entre 7. Aunque no hay que olvidad tomar verduras para no perder aporte de minerales, así como también hay que valorar otros hábitos, mejorar la motilidad intestinal, el posicionamiento de vértebras y revisar el terreno tanto quimico como emocional.
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